MARTIN EL PESCADOR





MARTIN EL PESCADOR


Allá en las profundidades de la Selva Amazónica ; en las comunidades nativas habitada por : ashaninkas , nomashigengas, shipibos , cada uno de ellos reunía una característica muy particular.
Habitaba en este lugar don Martin pescador; a este personaje le gustaba mucho la pesca dicen que se pasaba horas y horas en el río ,pescando anchovetas, palometas , bagres hasta pirañas.
Al atardecer regresaba con las canastas llenas de peces que cuando lo venían venir muchos naturales corrían a su encuentro a recibir los sabrosos peces, los ancianos, niños hasta las agraciadas jovencitas.
ÉL era amado por muchos ;pero odiado por algunos guerreros de su comunidad , así que un día estos tramaron tenderle una trampa.
Argumentando ellos, que lo que buscaba , Martin, regalando peces era la de ganarse la simpatía del pueblo ; para destronar al Sheripiari.
Dos guerreros se las ingeniaron para que esto llegara a los oídos de su dios.
Al enterrarse Sheripiari ,no lo pensó dos veces, ordenó que lo trajeran a como de lugar.
Al atardecer muchos guerreros lo traían arrastrando ,como a un vulgar ladrón.
Gritando a viva voz:
-Este es el hombre que quiere robarte tu trono…
¡Oh gran señor!

Sheripiari , lo miró profundamente a los ojos como leyéndole el pensamiento; al encontrarlo limpio de culpa lo tomó de la cabeza mientras exclamaba:
-Hay muchas quejas contra ti , unos dicen que estás acabando los peces de los ríos; otros dicen que intentas apoderarte de mi trono, mas yo he leído tu pensamiento y sé que eres un buen hombre, tu intención no es la que dicen ; pero sabes, no puedo dejarte ir , sé que ellos algún día, querrán matarte con sus manos.
Por ser tan generoso con tus hermanos y gustarte mucho el río voy a convertirte en una avecilla . Ante los ojos de los curiosos el hermoso jovenzuelo empezó a transformarse en un pajarito que salió volando por los aires para luego terminar posándose en las enormes piedras del río.

Dirigiéndose a los delatores exclamó:
-Por ponzoñosos y cizañeros los convertiré en Tábanos - dicho esto los corpulentos hombres desaparecieron para luego terminar zumbando de un lugar a otro.
Hoy en día encontramos a Martin, el pescador, en las riberas de los ríos ,pescando alegremente o algunas veces acicalándose su hermoso plumaje .

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