ANGELES O....



Yo tengo 3 hijos, José , Damián, Jesús y una hija, Susy, los chicos vinieron muy seguidos,( 14meses y 17 de diferencia).La niña la tuve cuando Jesús que es el pequeño de Los chicos tenia 4 años.







Cuando Mi hijo mayor José Maria tenia 3 años, lo llevaba a una guardería que estaba a mas de 1 km. de casa, era del ayuntamiento y no habían mas cercanas, como entonces no tenia coche, me tenia que espabilar andando.







El horario era partido y a las 12 del mediodía salían, así que tenia las mañanas apretadas de horario y a mis 20 años aprendí a organizar el tiempo con rapidez.







Me levantaba muy temprano, lo dejaba todo preparado, arreglaba a José Mari y lo llevaba al cole a todo correr, (la verdad es que ahora volviendo la vista atrás lo veo exagerado).







Lo dejaba en clase y volvía deprisa a casa, pasando por el mercado para comprar lo imprescindible si detenerme; de forma que cuando llegaba a casa, Dami de 2 años y Jesús de 1 año estaban dormidos.







Es posible que desde la forma de pensar de una mujer de 50 años me parezca arriesgado dejar a los niños solos durante ese tiempo, (aprox. 1h.) Pero en aquel momento me parecía mejor eso, que arrastrar a mis hijos con el frío de la mañana a toda prisa durante mas de 1km.







¡¡Cómo no, también teníamos perro, gato y algunos canarios!! ¡Una familia al completo! Jajajaja!







Lo que se hace a esas edades inexpertas, no se hace mas tarde, ¡Ni el cuerpo lo aguantaría!















Bien pues mi mañana trascurría a toda prisa, levantando, aseando, dándoles el desayuno a mis chicos y preparando el almuerzo del día, ya que mi marido llegaba a las 13h20m aprox. Y tenía que estar puesto el plato en la mesa, pues trabajaba en la construcción y solo tenia 1h para comer.















Un día como tantos, estábamos preparados para salir a buscar a José Mª al Cole, Jesús en el cochecito, “Tinque” el perro, con su correa, ¡todo listo! A las 11h30m.







Cuando bajamos en el ascensor y abrimos la puerta, nos encontramos con nuestra gata “Daisy,” la pobre toda asustada, pues no estaba acostumbrada a salir de casa (se asusto y salio de casa mientras yo entraba las cosa en el ascensor, eso pensé.)







El edificio tenia un jardín alrededor y una pequeña cerca, les dije a mis hijos.















Esperaros un momento aquí que voy a subir a la gata a casa. ¿Vale? ¡No os mováis, bajo enseguida!















Cojí a la gata y subí en el ascensor pues vivíamos en el 5º piso.







Cuando volví a bajar, que no habían transcurrido ni 2m. mis hijos no estaban en la puerta, mire en el jardín, nada, me empezó a latir con fuerza el corazón; salí corriendo hasta la calle y mire en todas direcciones, se veía una distancia hasta de 200 o mas metros hacia la derecha, nada ¿Cómo es posible que en tan poco tiempo 2 niños pequeños y un perro desaparezcan tan rápido? ¡¡Mi angustia crecía por momentos!!¿Que dirección habían tomado?







Hacia la izquierda, estaba el camino que conducía a casa de mi madre y ellos lo conocían bien, pues íbamos muchas tardes, era un trozo de calle sin asfaltar por donde solo circulaban coches vecinos y después un camino de campo; pero tenia que recorrer 150m para poder ver mas distancia y comprobar que no estaban en esa dirección.















Como hacia la derecha en la dirección del colegio que se observaba mas recto, no se veía ni rastro de ellos, me decidí a mirar el camino hacia la izquierda.(todo esto corriendo y casi desesperada), Llegue a la riera y nada.







_ ¡¡No pueden ir tan deprisa!! Grite.







Casi llorando me mire el reloj, menos diez, ¡había perdido el tiempo dando vueltas! ¡Y José Mª estaba apunto de salir! su señorita no era nada simpática, me esperaba una reprimenda por llegar tarde…







Salí corriendo hacia el colegio rezando, para que no les pasara nada a mis hijos y me los encontrara por el camino, mi corazón latía angustiado por la opresión que sentía, iba llorando pero me calme, pensando que mi hijo no me podía verme así.















Como esperaba, cuando llegue al colegio, estaba la señorita con cara de pocos amigos y con mi hijo de la mano en la puerta del colegio, le pedí disculpas, le dije que no volvería a ocurrir y me fui con José Mari a todo correr; un poco mas adelante lo abrace y le explique que sus hermanos habían salido por otra dirección y teníamos que encontrarlos deprisa, mi hijo mayor,….







¡¡Mayor con solo 3 añitos, era tan responsable!! A veces pienso que mas que yo….







Lo entendió perfectamente y salimos los dos volando hasta casa, por el camino mirábamos en todas las direcciones y las calles que se cruzaban, nada de nada…















Era amargamente desolador, yo estaba a punto de derrumbarme, solo aguantaba por no asustar mas a mi hijo que notando mi tensión, me miraba con cara asustada.







Cuando llegamos a casa, y subimos, le venia diciendo a José Mari que el se quedara en casa tranquilo, mientras yo iba a buscar a sus hermanitos y que volvería enseguida, al abrir la puerta del ascensor estaba mi vecina de enfrente, (éramos dos vecinos por rellano), esperándome.







Me dijo._ Ha venido un señor muy amable y me ha pedido que si podía cuidar a tus hijos y al perro, hasta que volvieras del colegio.







Y salieron Dami y Jesús con el “Tinque” de su casa.















¡¡Era increíble!! ¡¡¡Que Alegria!!!







¿Qué había pasado? ¿Quién era ese señor?







Mi vecina no lo conocía de nada; tampoco sabía que yo había perdido a mis hijos durante 1 hora….







¿Que había pasado en ese tiempo?







Me los lleve a casa dando las gracias a mi vecina por su amabilidad.







Ya mas calmada pregunte a mi hijo Dami de 2 años y medio que había pasado y porque se había ido del jardín.







Me dijo que, salio detrás de su hermano pequeño porque se puso a caminar…







Le pregunte que porque no lo había parado y el me dijo._No se…







En fin seguro que si lo intento no pudo, pues Jesús era bastante terco y no era fácil hacerle cambiar de idea.







Le pregunte que por donde se habían ido y me entere, que habían llegado hasta el cine del pueblo (Premiá de Mar) que por aquella época (1978) estaba en la calle principal “ La Gran Vía,” y había una distancia de aprox. 500m además tenían que cruzar la carretera que subía a Vilassar de Dalt y era muy transitada.







Se me encogió el corazón y pensé.







¡¡¡ Gracias Dios mío, por haber enviado los Ángeles a cuidar de mis hijos ¡!!







¡¡¡Cruzaron varias calles y una carretera con mucho trafico!!!















Cuando se lo conté a mi marido, le pedí que averiguara quien de sus conocidos, había encontrado a los niños para darle las gracias, pues pensé, que era alguna persona de nuestro círculo de amistades, familiares o conocidos del barrio; ya que ésa persona, sabía donde vivíamos y en realidad nuestra casa la conocía muy poca gente.















Nadie de las personas que conocíamos había sido ni había oído nada del asunto y estuvimos intentando localizar a ése “señor tan amable” durante bastante tiempo y corrimos la voz entre familiares y conocidos.







¡Nada de nada! ¿No es asombroso? A que conclusión se puede llegar…. Fue un Ángel de la guarda o varios. Esa es la mía…. Fué con ellos y después los trajo a casa.

CONTADO POR SUSY


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